Nadie acude en su auxilio, nadie va a venir a rescatarla.
Dónde están las promesas de amor cuando se necesitan. Dónde los caballeros que obtuvieron el premio de su inocencia.
Lágrimas de sirena, varada a contraluz.
Lágrimas de la que un día, quiso ser princesa.
Las princesas tenemos que aprender a salvarnos a nosotras mismas antes que otra cosa suceda, de lo contrario no importa cuantos principes anden por ahí, ninguno nos notará si no derrumbamos esos muros en el castillo.
ResponderEliminarUn beso :D
...cómo que nadie?...aqui hay un fiel caballero que viene en su rescate....sólo tienes que aguantar, esperar un poquito más...y este caballero te tendará la mano y te guiará por le camino de los sueños... y no debes llorar....por alguien o algo que no merece la pena.
ResponderEliminarbesos y más besos.....y que esta princesa no tema...siempre sentirá la sombra, el aliento, el ánimo de este fiel amigo....más besos
Que nunca un muro te impida ver la luz , abre una ventana , en tu alma , aunque sea imaginaria , la ventana de ti misma , la que te permitirá ver , discernir , disfrutar , la que no te muestra falsos paisajes , por la que no entran efímeras promesas , la que no miente cuando se abre y no entristece cuando se cierra.
ResponderEliminarMalditos caballeros , aunque ya se sabe ..........cosas de nobles.
<<<<<<<<<<<<<besos.
Nemesio