A ella le hicieron felices sus palabras.
- Que besos mas ricos- le dijo él.
Ella sonrió, y volvió a besarlo.
No se había dado cuenta hasta ese momento, de que jamás había besado a nadie, sólo devolvía besos.
Le gustaba aquella sensación, se dejaba guiar simplemente por lo que deseaba, sintiendo el enorme placer que le proporcionaba besar, una y otra y otra y otra vez.
Se entretuvo en su boca, como una niña golosa con un caramelo.
Nada volvería ser nunca tan dulce.
Suaves, apasionados, llenos de fuerza, timidos, con lengua y sin ella, silenciosos y ruidosos, con mordiscos y sin ellos, con te quieros y con algunos....te deseo.
Ella, pensaba que todo lo que causa algun placer, puede crearte una adicción.
Lo admite, lo sabe y lo confiesa, no le importa presentarse aquí, donde todo el mundo la ve y decir...
-Hola, me llamo Miss Hyde, y soy adicta a sus besos.
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...Y con este van cuatro!! esto se ha puesto complicado! no hay forma de que me acepte un comentario!...será por tanto beso...si es que esa adicción es un peligro!
ResponderEliminarNada, pues aquí otro adicto a los besos...y sobretodo a los finales, los que terminan con te deseo y te quiero.
Espero que éste llegue a sus destino y hablando de besos...más besos van volando para abajo...espero lleguen a su destino...besos
Pues creo q yo me voy a unir a ese grupo. También tengo adicción por los besos de... bueno, de alguien a quien no debería besar.
ResponderEliminarSaludos desde el Inframundo.