Unos ojos que se posan un instante en otros.
Una palabra a medio pronunciar.
Un beso robado, regalado.
Momentos que componen recuerdos para guardar, instantes de una vida. Retales cosidos unos a otros, algunos solamente hilvanados con puntadas grandes, lo justo para no perderlos. Otros cosidos y recosidos para no olvidarlos, sujetos firmemente en algún rincón del alma, de la memoria, del corazón.
Poner orden y sentido a los sentimientos.
¿Cuándo amé por primera vez?
¿Cuándo odié la última vez?
Responder, buscando y rebuscando en ese inmenso baúl de los recuerdos que todos tenemos en alguna parte. Algunas veces olvidado, otras perdido y muchas escondido, porque siempre hay cosas que no queremos que vuelvan a salir de el.
He desempolvado el baúl, tengo la llave en la mano, es vieja, oscura, pero abrirá la cerradura con facilidad. Dejará escapar cientos de fantasmas, que me susurran mil historias al oído.
Pienso sentarme a oírlos, y a recordar.