miércoles, 28 de abril de 2010

Va de cuento...

Llegaban del todas partes, de todos los rincones de aquel vasto imperio, con la esperanza de obtener la mano de la princesa. No era bella en demasía, pero tenía lo que algunos dieron en llamar "ángel". Un cierto aire de misterio, mezclado con mucha dulzura, algo que nadie sabía concretar la hacía terriblemente deseable.
Los había jóvenes y apuestos, otros, maduros y serenos. Algunos ponían a sus pies su fuerza y su valor, otros sus tierras y riquezas, palacios y títulos de nobleza. Pero ninguno de ellos convencía del todo a la hermosa princesa. Los consejeros le susurraban al oído "Mirad aquel majestad, es un gran caballero" "¿Y aquel otro? es hijo de un rey". Ya desesperaban de que la princesa concediese su mano y tomase alguno de aquellos pretendientes por esposo, cuando alguien volvió a llamar a las puertas de palacio. Vestido pobremente, sin nada en las manos, se acerco un joven campesino. Los consejeros le salieron al paso, para que no se acercase a la princesa "¡Como te atreves!" le gritaban. Ella al ver aquel alboroto, se levantó del trono y pidió al nuevo pretendiente que se acercara. "No parece gran cosa", pensó para si la princesa, pero nada perdía por oírlo.
"¿Qué me ofreces campesino?" le preguntó la princesa "No pareces tener nada"dijo mirándolo de arriba a abajo. "Si os referís a riquezas majestad, no tengo ninguna. Pero si tengo algo que ofrecer y que aún nadie os ha ofrecido". Aquellas palabras intrigaron a la princesa que dejo su real asiento para acercarse al campesino "Y bien, ¿Qué es?" preguntó.
El campesino se llevo las manos al pecho y dijo"Una promesa de amor y un corazón sincero"
¿Sería ese ofrecimiento capaz de tentar a la hermosa princesa....?

lunes, 26 de abril de 2010

......

Algunas veces confesamos cosas con cuidado, pidiendo perdón de antemano, con miedo de dar miedo.
Algunas veces, la respuesta a esa confesión, es otra. Un corazón que se desnuda un instante, las puertas del alma abiertas de par en par durante unos segundos.

domingo, 25 de abril de 2010

Vivo sin vivir en mi...

Algunas veces cierro los ojos para verte.
Salgo de aquí, me escapo un rato, contigo.
Y quiero, como siempre, cosas que no puedo tener.
No voy a quejarme de mi vida, si alguien esta esperando eso, puede dejar de leer aquí. No, no puedo, no debo quejarme. Tengo salud, familia, trabajo, gente que se me aprecia y a la que yo aprecio, algún amigo, alguna amiga, hago unos bizcochos riquísimos y de vez en cuando acierto con lo que quiero decir. ¿Qué más podría querer?. Imagino que la parte insatisfecha de mi misma, es esa que se acerca aquí a escribir, la que en realidad casi se puede decir que... no existe. No es del todo real, es pura fantasía, y quiere cosas, que no puede tener. Quiere una vida que no es la mía, y sé, que de tenerla no sabría vivirla. Así que, de vez en cuando la dejo salir, la dejo cerrar los ojo y soñar completamente despierta. La dejo hacer esas cosas que yo no puedo, ni debo hacer, la dejo vivir la vida que sueña, esa que a mi me hace sentir arriesgada y aventurera. Después vuelve, se esconde, se calla, deja de soñar, y yo, sigo con mis bizcochos y mi vida...
Y las dos, felices como perdices.

viernes, 16 de abril de 2010

Serán cosas de la edad.

Si que es cierto, mi querido Nemesio, que di una prenda a aquel caballero, la de mi confianza. Le abrí en un tiempo lejano, mi corazón, mi alma.Ofrecemos promesas, que luego no cumplimos. Somos capaces de decir... siempre..Sin pensar que siempre, es mucho tiempo, es todo el tiempo, es... para siempre.
A pesar de todo, a pesar de saber(o creer saber) qué puede ser cierto y hasta donde puede serlo. A pesar de que quizá mi sabiduría puede no ser mas que desconfianza, a pesar de todo eso...
Sigo creyendo en caballeros que defienden doncellas, sigo creyendo en la lealtad.
Alguien me dijo el otro día, cuando afirme que creía en el amor, que era una romántica empedernida. Puede que sea así, puede que una parte de mi se niegue a crecer, que siga siendo aquella niña de gruesas trenzas de devoraba cualquier libro que cayese en sus manos. Y a la que le sigue gustando que ganen los buenos, los finales felices, y las historias de amor.
Es posible que nunca termine de crecer. Seré una señora mayor, muy infantil. Pero tanto a los niños, como a los ancianos, se les perdonan muchas cosas precisamente por su edad.

jueves, 15 de abril de 2010

Bien anclada

No me caeré Heloise. No, porque ya me caí, con ese mismo castillo y ese digamos... mismo caballero.
Los pies no se me despegan del suelo con facilidad, ya quisiera yo, pero no. Puede parecerlo, pero sé exactamente a que sueño se le puede hacer caso, y a cual no. Lo he aprendido desde luego a base de aterrizajes de emergencia, algunos con buena fortuna, otros no tanto. Tendría que explicar muchas cosas sobre ese... caballero.. para que se me entendiese con facilidad, pero es que ya esta todo escrito, Valentina lo escribió. No voy a repetir sus palabras, no es necesario. Lo mío, que no lo de ella, no es más que pura curiosidad, la que tendría cualquiera que quisiera saber, porque siempre se me quedan misterios por resolver. Preguntas que deseo hacer, y que nunca hago. Y como digo muchas veces, soy mala interpretando las señales. Quizá lo único que pretendo es que él vea... una sonrisa en mis labios, puede que incluso un poco fría...
Si consigo alguna vez... satisfacer mi curiosidad

martes, 13 de abril de 2010

¿Fue por mí?

Hoy he vuelto a verlo.
Esta mañana temprano hemos cruzado un buenos días. Como alguna que otra mañana he esperado que llegase hasta el lugar donde sabe que estoy. Precisamente hoy, pensé, no hay nada que lo obligue a venir, no vendrá, no hay excusa para que lo haga. Y precisamente hoy, me he equivocado. Algo me dice, aunque puedo volver a estar totalmente equivocada, que sabía que no tenía nada a lo que ir, y aun así...
¿Pudo ir a verme a mi? ¿Le remuerden en la conciencia las promesas incumplidas?
Si me atreviese, si no pensara que él puede creer que hay algún oculto interés, le preguntaría directamente... ¿Alguna vez piensas en mi? Tal vez sólo por saber, si soy yo la que ve cosas, o esas cosas ocurren realmente.
Durante su breve visita en la que lo he sacado del error, aclarándole que hoy no había nada para él allí. Hemos mantenido una también breve conversación, con tan sólo una, desde luego breve, pregunta personal que mas que nada tiene que ver con mi salud.
Voy a admitir una cosa, y que nadie piense lo que no es.
El corazón me latía deprisa.
Puede que sólo porque pensaba, y puedo estar equivocada, que él de todas todas, ha ido allí... por mí.

viernes, 9 de abril de 2010

De viaje

Mañana me esconderé detrás de la persona a la que acompaño, toca uno de esos acontecimientos sociales de los que hablaba hace unos días. Dejaré que él sea el protagonista, que lleve las conversaciones, que hable de sus muchos méritos, y procuraré, a pesar del vestido, que nadie me vea.
Quizá haga alguna foto bonita, pero nunca aprendí a ponerlas aquí.
Quizá de una vez por todas encuentre entre tanta historia, inspiración para las mías.
Quizá mientras paseo, toque con la punta de mis dedos, directamente el pasado.
Quizá recuerde muchas cosas, y seguro que entre ellas alguna que debería olvidar.
Algunas veces pienso, que en otra vida, yo vivía allí, que algo de mi pertenece a esa ciudad.
Me gusta mucho el lugar al que vamos, algo de bueno tenía que tener el asistir a algo que ni me va, ni me viene.
Seré algo que no suelo ser, seré positiva.
Intentaré pasarlo bien.

sábado, 3 de abril de 2010

¿La búsqueda?

Tengo por delante un par de meses llenos de... digamos... acontecimientos sociales.
Soy poco sociable.
No es que no me guste la compañía de mis semejantes, supongo que sólo es que mi autoestima y yo, creemos que no somos nunca del agrado de nadie. Sé que con mi edad, debería dejar de lado todo tipo de inseguridades. Tengo que ser eso que se llama "una mujer de mi época". Algunas veces creo que he nacido en el siglo equivocado, aunque estoy segura de que también hubiese desentonado un par de siglos atrás. En resumidas cuentas, creo que se nota que no he encontrado "mi sitio".
Será cuestión de seguir buscando