viernes, 26 de febrero de 2010

Se busca

Según mi profesor he de encontrar mi propia manera de decir las cosas. Pensaba que la tenía, que precisamente cuando escribía era yo y sólo yo. Resulta que no es así.
Parece ser que nunca voy a conseguir encontrarme, que nunca voy a saber como soy en realidad. Tendré que verme con los ojos de otros, componer un rompecabezas con distintas opiniones, hasta dar conmigo. Ni siquiera sé si me gustará lo que averigüe.
De ahora en adelante coleccionare las distintas versiones que podáis darme de mi misma. Imagino que alguien coincidirá en algún aspecto y así, poco a poco, sabre como soy, y quien soy.

martes, 23 de febrero de 2010

Torpe.

Me dio morriña encontrarlo, eché tantas cosas de menos, cosas que en realidad ni siquiera tuve. Incluso he mirado el teléfono, por si acaso... Sabía que no debía esperar nada, lo sabía y aun así...
Sin querer, o tal vez queriendo, se lo conté a alguien, a quien quizá precisamente no debía contárselo. Tuve, como el borracho de mi último ejercicio, necesidad de vaciar mi alma sin que casi importe quien escucha. Y hoy, esa persona sale con otra, cosas de su vida, y yo, sigo, vuelvo a creer que tengo cosas que en realidad no tengo.
Debería limitarme a aquello que puedo de alguna manera controlar en mi vida. No perder los estribos, a no reclamar sobre lo que no tengo derecho, a no salirme del tiesto, de mi tiesto. A vivir lo mejor que pueda con lo que he elegido, y dejar de tener vidas alternativas.
Lo que no tengo, es porque no puede ser mío, ya debería haber aprendido la lección.
Soy estúpidamente torpe.

lunes, 22 de febrero de 2010

Una mañana cualquiera, de un día cualquiera.

Una vez hace mucho tiempo escribí, que nunca había visto brillar tanto unos ojos, como los tuyos cuando me miraban.
Hoy he vuelto a verlos, sólo un segundo, no con el mismo brillo pero si con intensidad. Ya no sé leer en tu mirada, ya no leo el deseo, ni la pasión, ni los remordimientos.
Prometiste ser algo, es posible que lo hayas intentado, pero desde luego no lo has conseguido.
Quizá mejor así, de todas formas era una de esas cuestiones de... para qué.
Compartimos algunos momentos, muchas risas, juegos en el parque, y un par de besos.
Yo era algo que no debías desear, que no debías añorar, que no debías querer.
Extrañamente algunas veces, muy de tarde en tarde, vuelves a mis sueños. Me pregunto si alguna vez tú sueñas conmigo, extrañamente quizás. Somos, fuimos, tal y como dicen las canciones y los poemas, dos barcos que se cruzan en la oscuridad navegando juntos durante un breve espacio de tiempo, para luego seguir caminos separados.
Hoy el mar, no nuestro mar, uno cualquiera, nos hizo navegar, no juntos no, sólo desde lejos y por un instante, a la par.
Encontré tus ojos... sólo un segundo, pero no sé... si querían decir algo.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Mi autoestima y yo

Y aquí estamos de nuevo, mi autoestima y yo.
Ella no es más que una arrastrada, hago lo que puedo por que levante cabeza, pero nada...
Mira que le digo veces que nada es para tanto, que si vale mucho, que si es genial, que si está más delgada que nunca, que se va a quedar preciosa cuando le quiten el aparato de los dientes. Pero no me sirve de nada, o mejor dicho, a ella no le sirve.
Para bien o para mal, vivimos juntas, y más tarde o más temprano el que vaya tirada por los suelos, termina por afectarme a mi. ¿Y qué pasa entonces? Pues que soy yo la que quiere dejar de hacer cosas, tanto oírla decir "para qué.. para qué.. para que... para qué.."hace que me vuelva, la mire a los ojos y le diga "tienes razón, para qué".
Y henos aquí( ¿Se escribe eso así?), tristes y compungidas ( si cariño, yo también me compunjo). Nos comeríamos un buen bocadillo bien relleno de algo rico, pero por culpa del aparato no podemos morder. Lo de escribir lo llevamos últimamente regular, no nos gusta no gustarle a nuestro profe, odiamos ser el patito feo de la clase, sobre todo por que somos un pato que nunca se convetirá en cisne. No deja de llover, así que los paseos para pensar, meditar y relajarnos también quedan descartados. La verdad... no sabemos que hacer. Ella no levanta cabeza sin mi, y yo sin ella, no soy nada.
Y algo tengo que hacer, porque el suelo... está tan frío..

domingo, 7 de febrero de 2010

.....

Aquí estoy una vez más. Sin nada que decir, si nada que contar. No voy a hablar otra vez de mis sueños rotos, para qué, a quién le importa, a nadie le interesa. Supongo que hay que aceptarse como se es. Llevo toda mi vida diciendo que me acepto, pero no, nunca lo he hecho, y nunca he hecho nada para cambiar lo que me no me gusta de mi misma. Quizá uso el ser negativa, el criticarme constantemente como excusa, precisamente para no hacer nada. Y si alguien a estas alturas está pensando que voy a empezar a hacerlo, se equivoca del todo. No soy luchadora, me rindo con facilidad, acepto las derrotas de batallas que nunca he batallado. Saco la bandera blanca aun antes de leer el manifiesto donde se me declara la guerra. No penséis que estoy triste, no más que ayer, o menos que mañana, estoy igual que siempre.
Y lo malo o lo bueno es, que no voy a hacer nada para cambiar eso. Me quedo aquí, permaneceré aquí, mis días seguirán siendo iguales, yo seguiré siendo igual. Tal vez en algún momento soñaré sueños en los que todo haya cambiado, en los que yo haya cambiado, en los que sea capaz de pelear. Sueños que me parecerán increíbles, pero al fin y al cabo, sueños nada más.