viernes, 27 de noviembre de 2009

Porque sí.

Te he seguido toda la noche, pero no he conseguido tenerte.
Es lo malo de verte sólo en sueños.
Contener el aire, y respirar únicamente en tu presencia.
Pisadas en la nieve, noche de luna llena.
Narices heladas y fuego en el hogar.
Todo conformando un sueño, donde no lograba alcanzarte.
Siempre un minuto por delante, o un minuto por detrás.
Interminable espera.
El fuego que no se alimenta, se apaga, rescoldos que arderán con el más leve soplo de tus labios.
Ascuas que esperan...


No quiero dar explicaciones, no, si no deseo darlas. No quiero explicar lo que escribo, ni por quién lo escribo, ni siquiera si simplemente no hay destinatario alguno. Sólo quiero dejar salir mis palabras, ponerlas por escrito. No me arrepiento de no ser totalmente anónima, aunque en algunas ocasiones eso haya sujetado, aunque no cortado, las alas de mis palabras. Es por eso por lo que todavía, echo de menos la libertad de quién me dio la oportunidad de empezar a escribir. Ella era libre, totalmente libre y nunca explicaba nada que no quisiera explicar. Quiero, deseo, recuperar esa parte de mi, esa independencia, y así lo haré.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Un buen día.

Hace poco he tenido que hacer "público", uno de mis grandes secretos. Por diversas causas, he tenido que confesar que tengo una gran pasión, algo de lo que no hablo, que oculto, que casi hago a escondidas, algo de lo que me siento orgullosa, pero que guardo celosamente para mi. Algo que compartía y en cierto modo sigo compartiendo con muy pocos.
Tuve que contar que escribía, que me gusta, que adoro escribir, y que encima me han dado un premio. Fue por ir a recoger ese premio por lo que he tenido que hablar de todo ello. Han sido pocas las personas, y he de decir, que aún menor ha sido el interés que ha despertado. Tonta de mi, pensé que iban a querer saber, que preguntarían o que al menos sentirían algo de curiosidad, pues no, nada de nada. Mi "secreto", no ha levantado revuelo alguno. La culpa, quizá no sea esta la palabra, es mía por creerme especial y distinta. Por pensar que tenía una "habilidad", un "talento", que no todos poseen. Pero bueno, quizá mejor así. Como siempre, me han felicitado aquellos a los que les importo, y en ocasiones como está es cuando de verdad se ve, quién si y quién no.
Fui a recoger mi primer segundo premio, único hasta ahora y quién sabe hasta cuando, a un maravilloso pueblo. Un lugar pequeño del que yo había escrito. Fue como hacer un viaje hacia atrás, primero escribí de el, luego lo conocí. Que sus gentes eran amables me constaba, no hice más que confirmar que no me equivocaba. Además tengo que añadir, que conocí en persona y por fin, a un gran amigo. No he tenido mucho tiempo de comentarlo con él, pero en ningún momento tuve impresión de "primera vez", era como si nos hubiéramos visto el día anterior. Me sentí mucho más cómoda de lo que pensé que podía estar. La entrega de premios fue también algo, podría decirse que íntimo, los premiados y pocos más. Ya se sabe que en todas las grandes ocasiones, no están todos los que son, ni son todos los que están. A parte de eso y de la vergüenza propia de mi que casi me impide articular un simple "Muchas gracias", todo estuvo muy bien.
Aún no he enmarcado el diploma, pero desde luego ocupará un lugar de honor en este rincón "casi mío" de la casa.
Quiero dar aquí los agradecimientos que no fui capaz de dar cuando me entregaban el premio.
A Emilio por pensar que podía ganar, y confiar siempre en que lo haría.
A ti cariño, por leerme siempre, por ser paciente conmigo y con mis exigencias, y por continuar a mi lado.
A Nemesio, que también pasa horas leyendo todo lo que escribo y que no deja de animarme nunca para que continúe.
A Baltasar, que aunque quizá no aparezca por aquí, también pone siempre su granito de arena.
Podría seguir, con la familia, pero se nos haría muy largo. Incluso tengo que dar las gracias a todos los que en algún momento habéis leído mis palabras, y antes las de Valentina.
En resumen.
Muchas gracias a todos

domingo, 1 de noviembre de 2009

Día de los muertos

Últimamente pienso mucho en la muerte.
Sé que en estos días difícil quitársela de la cabeza.
El mes pasado hizo la friolera de veintidós años que murió mi padre, sé que sonará manido, pero parece que fue ayer. Han muerto algunos, seguro que muchos estos días, pero yo sólo puedo hablar de los que por una o por otra circunstancia, he tenido noticia. Muerte prematuras, injustas a mi parecer, vidas truncadas por la enfermedad, y vidas, las de los que los rodeaban que ya nunca serán iguales. Echaran de menos a un padre, a una madre, a un marido o a una esposa, a un hijo o una hija, amigos que nunca volverán.
Recuerdo la primera vez que tuve conciencia de la muerte, incluso aun de que llegara a las puertas de mi casa y empezara a llevarse seres querido.
Yo no tendría mucho más de ocho o nueve años. En la tele ponían una obra de teatro, no recuerdo el título, salía un cementerio. Fue en ese momento y no sé bien por qué, cuando supe que tendría que morir algún día, que mis padres tendrían que morir, que mis abuelos tendrían que morir y tuve miedo. Supongo que tenerle miedo a la muerte, es algo normal y mucho más a esas edades. Sigo teniéndolo. Y últimamente creo que más. Sé que nacemos para morir, el momento y la manera nos es desconocido, menos mal que es así.
Recuerdo una película de ciencia ficción, y de nuevo no recuerdo el título hoy debo andar mal de memoria. En ella había cíclopes, seres siempre tristes porque desde el momento en que nacían, sabían exactamente cuando y como iban a morir. Aun así, no trataban de evitarlo, imagino que simplemente no entraba en el guión.
Nadie se resistiría a poder evitarlo si pudiese, o no?