miércoles, 24 de junio de 2009

Por un beso de su boca...

A ella le hicieron felices sus palabras.
- Que besos mas ricos- le dijo él.
Ella sonrió, y volvió a besarlo.
No se había dado cuenta hasta ese momento, de que jamás había besado a nadie, sólo devolvía besos.
Le gustaba aquella sensación, se dejaba guiar simplemente por lo que deseaba, sintiendo el enorme placer que le proporcionaba besar, una y otra y otra y otra vez.
Se entretuvo en su boca, como una niña golosa con un caramelo.
Nada volvería ser nunca tan dulce.
Suaves, apasionados, llenos de fuerza, timidos, con lengua y sin ella, silenciosos y ruidosos, con mordiscos y sin ellos, con te quieros y con algunos....te deseo.
Ella, pensaba que todo lo que causa algun placer, puede crearte una adicción.
Lo admite, lo sabe y lo confiesa, no le importa presentarse aquí, donde todo el mundo la ve y decir...
-Hola, me llamo Miss Hyde, y soy adicta a sus besos.

miércoles, 17 de junio de 2009

¿Tiempo?

Pasará frío, sin sus caricias.
Sed, sin sus besos.
Hambre, de sus palabras.
¿Un castigo?, ¿Una condena?, ¿Se lo merece?
Una pausa.
¿Un descanso?
Un paréntesis.
Sosiego.
Calma.
¿Continuidad?
Tiempo, amigo y enemigo. El mismo que corría veloz por los railes y lento en su reloj. El mismo que se desbocó, en un galope desesperado, a ritmo de latidos de corazón. El mismo que no supo detener, al que apenas consiguio frenar sólo un momento, pura imaginación.
Alejarse, pero nunca perderse.
Tiempo.
Un respiro.
Puertas entornadas, nunca cerradas.
Sin susurros.
Tiempo.
Tiempo...tiempo... tiempo...tiempo.. tiempo..

jueves, 11 de junio de 2009

Hoy.

Olía a trigo maduro, recién segado.
Como el olor de la paja fresca en un granero.
La primavera ha estado acariciando los campos.
La brisa fresca del amanecer, el sol asomando sin timidez alguna, el trajín de los pájaros.
Y todo eso, estamañana, justo antes de acostarme.
Dentro de un rato, el sol comezará a marcharse, despacio, como haciéndose rogar. Teñirá de rojo y naranja los montes, entreniéndose en dar las más maravillosas pinceladas, creando colores que no sé describir.
Y todo eso, desde mi ventana.
La luna se asomará a mi balcón cuando me vaya a dormir, velará mi sueño.

Y algunas veces digo, que no tengo nada.

martes, 2 de junio de 2009

¿Yo, yo mismo e Irene?

Todos tenemos dos caras, puede que incluso más de dos.
Es evidente que yo las tengo, si no, no sería Miss Hyde.
Julio, que a casi todos os sonará de mi antiguo blog, y que suele leer lo que escribo, me ve en mis palabras.
Y repasando mentalmente, todos esos pequeños relatos que he ido pariendo en los ultimos años, he terminado por preguntarme. ¿A quién ve Julio?
Casi todos mis presonajes son alguien que no quieren ser. A ver, hay uno de una perfecta ama de casa y madre, que una noche a la semana, los jueves, deja a sus hijos con su madre y a su marido sentado delante del televisor con la cena. Sale de casa y se transforma en una femme fatale, que se dedica a "devorar" hombres en los garitos más sosfisticados. Cuando la noche acaba, ella no sabe si cada viernes al amanecer, se pone o se quita un disfraz.
Y en ese relato. ¿Quién era yo?
Otro ejemplo. Una hermosa joven de principios de siglo pasado, decide posar como modelo para un conocido pintor de la epoca, que desde que la ve, sólo piensa en hacer un desnudo. Ella es a la par de hermosa, digamos que....decente. Jamás ocurre en su vida nada que sea indecoroso. ¿Soy esa?
Otro más. Un hombre que pasa sus días en la barra de un bar, tiene un encuentro con una desconocida. La ve día tras día enamorandose sin remedio, y cuando se lo confiesa, ella desaparece. Él no sabe su nombre, ella ha insistido en que la llame por uno distinto cada noche. Todos ellos nombre de actrices, de esas de las películas en blanco y negro. Mae West, Veronica Lake y algunas otras que no recuerdo ahora mismo. Al final la encuentra, trabajando como taquillera en un cine donde hacen reposiciones. El será Humphrey para ella si es necesario. ¿Soy él o soy ella?
Y uno de mis favoritos. Un escritor que en pleno éxito se retira a un caserón en el campo. Allí encuentra un diario y conoce la vida de una mujer. El nunca ha salido airoso de sus relaciones, y en más de una ocasión hace mención de eso, sin embargo su libro trata de una mujer. En cuanto empieza a leer el diario, la desdichada vida de la autora lo absorbe ,y tienen lugar una serie de fenomenos sobrenaturales. Se obsesiona con la mujer del diario, tanto, que termina amándola. Y de nuevo pregunto ¿Quién soy yo?
Podria seguir, porque he escrito mucho más de lo que me pueda parecer hasta a mi.
Lástima que sólo sean para mi, y para mi reducido y exclusivo círculo de lectores. A los que desde luego les estoy más que agradecida, porque...qué haría yo sin ellos o mejor dicho. ¿Quién sería yo sin ellos?
Y por cierto, espero que todos entiendan el título, sigo sin saber cuál es el adecuado.